Javier Galeano nació el 10 de mayo de 1985, justo en el Día de la Madre, en San Salvador. Una fecha simbólica que, según él mismo dice, marcó su vida con un propósito especial: valorar lo verdaderamente importante y dejar algo bueno en el camino.

Desde pequeño mostró una sensibilidad única hacia la creatividad, la familia y las historias que nos definen. Hoy, como padre de Javier Felipe, canaliza esos valores en todo lo que hace, especialmente en Los Rebusca Estudio, un proyecto nacido del corazón y pensado para rescatar lo nuestro.

Para quienes lo conocen, Javier no solo crea juegos o libros; crea vínculos con el pasado, el presente y la identidad salvadoreña.

Porque hay fechas que no solo te ven nacer, también te revelan tu propósito.”

Quienes conocen a Javier Galeano saben que detrás de su actitud seria y enfocada, hay una mente profundamente creativa y un corazón lleno de propósito. Desde los seis años, el rock ha sido su banda sonora y las caricaturas, su mayor escuela emocional y artística.

Como emprendedor digital, escritor y padre de Javier Felipe, Javier no solo crea por crear: cada uno de sus proyectos tiene alma. Es reflexivo, perfeccionista y comprometido, pero también es soñador, apasionado por las ideas y genuino al momento de conectar con los demás. Ama los tatuajes, la lectura y el diseño; y todo eso se refleja en la manera en que dirige Los Rebusca Estudio.

Su motivación más grande es dejar algo valioso en el camino: contenidos que inspiren, personajes que representen nuestras raíces y productos que hagan sonreír. Trabajar con él es entender que la creatividad no se impone, se siente… y que lo suyo nace del corazón.

La trayectoria educativa de Javier Galeano ha sido todo menos convencional. Estudió en dos colegios durante su formación básica y finalizó el bachillerato general, pero su verdadero camino comenzó después. Se graduó como profesional en Sistemas Informáticos, aunque muy pronto descubrió que su vocación también estaba en el terreno creativo.

Movido por su curiosidad, decidió explorar el mundo del diseño gráfico de manera autodidacta. Aprendió a dominar herramientas como Photoshop, Illustrator, InDesign y varios editores de video. Esa misma curiosidad lo llevó a formarse como marketer, profesión que actualmente define gran parte de su trabajo diario y que potencia su talento para conectar ideas con personas.

A lo largo de los años, ha sumado una extensa formación en diseño, programación y estrategias digitales. Su enfoque combina lo técnico con lo artístico, demostrando que para él, el aprendizaje es un viaje constante

La carrera de Javier Galeano ha sido una combinación única de aprendizajes y experiencias que lo han convertido en el creativo multidisciplinario que es hoy. Es graduado en Sistemas y Computación por la Universidad Politécnica, con certificaciones de Adobe que respaldan su pasión por el diseño y la creatividad.

Sus inicios fueron en ventas, luego trabajó en un restaurante, y más adelante se convirtió en vendedor ambulante, experiencia que dio origen a su primer libro: Crónicas de un vendedor callejero. Además, se formó de manera empírica en mantenimiento y reparación de computadoras, trabajó en una llantera —vivencia que también está plasmando en otro libro— y más adelante aprendió diseño gráfico, lo que le permitió colaborar con una de las aerolíneas más importantes del continente.

Descubrió su verdadera vocación como docente, enseñando diseño gráfico en una institución cristiana y ayudando a muchos a ganarse la vida a través del arte digital. Como cofundador de Mi Tienda SV, uno de los marketplaces más reconocidos de El Salvador, siguió creciendo profesionalmente.

Hoy lidera Los Rebuscas, un universo creativo que celebra la cultura salvadoreña a través de personajes, mitos, leyendas y tradiciones. Aunque el proyecto inició en colaboración con el caricaturista MACO, en la actualidad Javier dirige cada parte: desde la creación de personajes hasta el desarrollo de juegos como la baraja salvadoreña y la lotería de mitos y leyendas. Los Rebusca Estudio continúa expandiéndose como un reflejo auténtico de nuestra identidad cultural.